LOS ANDES VENEZOLANOS, un todo terreno!

/Libeth MALDONADO SANCHEZ

Sin duda que las montañas rusas de los parques de atracciones generan emociones, pero quizás no tantas como las montañas andinas cuando uno las recorre en bicicleta! Se los aseguro, rodar sobre relieves marcados en medio de paisajes majestuosos es una vivencia con mucha adrenalina y bien cargada en glóbulos rojos.

En algunas oportunidades se rueda en la compañía amigable – y no tan amigable – de los amigos transportistas: desde motos hasta camiones pesados que circulan apenas unos centímetros cerquita del ciclista… (romántico, cierto?).. O mejor aún, encontrarnos inesperadamente con vacas u otra cosa a mitad del camino – Ole!

Para los que poco conocen de los Andes Venezolanos, esta región montañosa se encuentra en la Cordillera más larga de la tierra (unos 7100 km). Empieza en Argentina, en la tierra del fuego, pasando por Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y terminando en nuestro bello país Venezuela, con los últimos 400 km. La mayor superficie de los Andes Venezolanos se encuentra en el estado Mérida (mi estado natal). Allí nos encontramos con alturas desde el nivel del mar hasta los 5000 m, en medio de valles, mesetas, páramos, llanuras y cumbres nevadas…  (y con el mar estaríamos en el paraíso!).

Nunca me imaginé que estas tierras pudieran llamar tanto la atención a los amantes ciclistas – bueno – quizás porque no me interesé en una bicicleta antes :).

Así que en mi último viaje a Venezuela decidí rodar en Mérida con mi amigo “pana” y gran escalador Jorge Sánchez. Allí tuvimos la oportunidad de rodar por Cácute y por el Valle. El resultado: uff.. hay que tener piernas de hierro!!!

Para mi sorpresa, el club de ciclismo de Milla organizaba para esos días “el reto al Cóndor” en Mérida, una carrera mítica de 55 km y unos 1500 m de d+. El organizador del evento, Ivan Lobo “Chino”, ciclista amateur (a quien felicito por mantener vivo este tipo de eventos), me brindó la oportunidad de presenciar la carrera y apreciar el talento venezolano.

Ver a chicas y chicos rodar en estas montañas fué admirable. Bien sea en bicicletas de útima gama, en carbón y con pedales automáticos o simplemente en bicicletas viejas y con pedales clásicos… wow! con la convicción anclada a el alma, nada los detiene! – Bravo!

No puedo dejar pasar la oportunidad de mencionar a uno de estos personajes del ciclismo andino: Alejandro Villareal, un joven que a pesar de la falta de su pierna derecha es un autentico guerrero. Este chico me recuerda al ciclista francés, Christian Haettich, a quien tuve la oportunidad de conocer y acompañar en un ascenso al Mont Ventoux “pour Luisa”. Christian como Alejandro no dejan de impresionarme por su voluntad, solidaridad y fortaleza – si las almas gemelas existen aquí está la prueba!

Me encantaría ver a mis amigos Neudy Monsalve (Funda Eventos), Jorge Sánchez, Ivan Lobo, Alejandro Villareal y a todas y todos los ciclistas andinos rodar por los Alpes o Pirineos Franceses. Y para equilibrar la balanza, me alegraría también poder ver a mis amigos del club de ciclismo – Sud Vélo, Ne Jetez Plus – rodar por los Andes Venezolanos!

“Bicycle race” by Queen – Cheers!

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Fotos: Neudy Monsalve

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UN VENTOUX POR LUISA

/ Libeth MALDONADO SANCHEZ

El Mont Ventoux (Monte Ventoso), llamado también el Gigante de Provenza y el Monte Calvo, es una cumbre legendaria en Provenza, al sur de Francia, conocida por los ciclistas del mundo entero por su ascensión difícil de unos 1900 m, en apenas una veintena de kilómetros, y también por su clima y su viento que lo caracterizan. Todo un desafío recompensado por el regalo de los dioses: la panorámica de los Préalpes, el Mont Serein, los campos de lavanda… entre otros! El día 16 de Mayo, en el pueblo de Bédoin (a 22 km del pie del Ventoux), fue uno de esos días especiales donde la gente se movilizó para realizar algo en común, de corazón, y por una buena causa: el ascenso del Ventoux  (4 veces en un mismo día) para recolectar fondos y comprar una silla ortopédica para la pequeñita Luisa. Una silla especial donde ella pueda acompañar a sus padres Esther Lancellotti y Fabien Gissler durante el ski y otras actividades deportivas. Uno de los guerreros y cabecillas de estos ascensos fue el ciclista Christian Haettich, un deportista francés y hombre de retos, que a pesar de la ausencia de su pierna y parte de su brazo izquierdo posee un nivel físico y mental incomparable, digno de admiración! La solidaridad estuvo presente y muy bien representada por un grupo de ciclistas franceses, de diferentes nacionalidades, de diferentes clubes y de diferentes niveles. Todos acompañando a Christian a lo largo de sus ascensos y acompañando también a otro gran hombre del día, Fabien, el papá de Luisa quien tuvo la fuerza y la determinación de hacer un excelente ascenso al Ventoux con su hija en su bici! Una presencia importante fue la de Esther, la mamá de Luisa,  ella fue primordial durante el ascenso de Fabien, Luisa, Christian y de otros ciclistas más. Esta linda mamá brindó su apoyo, su sonrisa, y su fuerza incondicional a lo largo del camino!

Ha sido una linda sorpresa encontrar a estos dos jóvenes deportistas -Esther y Fabien- dos luchadores constantes por la causa de su hija Luisa y su discapacidad multiple.

Esta princesita de 7 años y originaria de Alsacia, representa a todos los niños -y adultos- que hoy en día confrontan una discapacidad. Ella es definitivamente un motor de lucha y una prueba de ello : 1, 2.. 4.. 6 Ventoux por Luisa y mucho más! Si somos capaces de llegar a cumplir nuestros sueños por qué no también el sueño de otros? quizás un día este articulo llegue a manos de Neiro QUINTANA, Alberto CONTADOR, Chris FROOME, Vincenzo NIBALI, Rigoberto URAN, Bradley WIGGINS, Cadel EVANS… entre otros grandes ciclistas sin fronteras (y patrocinadores) que decidan apoyar la causa de Luisa y la discapacidad multiple infantile realizando el ascenso al Ventoux en compañía de Fabien, Esther, Luisa y les amis de Luisa!

La team SudVelo

LiMA’S

Fotos: Mickael Gagne

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LA HALLACA, de allá y de acá!

/Libeth MALDONADO SANCHEZ

La hallaca es uno de los platos más emblemáticos y más elaborados de la cocina Venezolana y está siempre presente en las festividades navideñas.

Es, sin duda, una comida tradicional y muy familiar que recopila el pasado de nuestra cultura y representa una autentica obra (visible) del mestizaje venezolano.

Este plato es un tamal (o pastel) hecho con masa de maíz coloreada, relleno con un guiso de carne (res, cerdo, gallina, pollo, o pescado) y decorado con aceitunas, pasas, alcaparras, pimentón y cebolla. Todo está envuelto en hojas de plátano (o bijao), atado con hilo pabilo (o pita), y hervido en agua.

La historia cuenta que los indígenas (desde los tiempos precolombinos) preparaban un guiso de caza, lo cubrían con masa de maíz, y lo envolvían en hojas. Y dicen por allí, que a  este plato le llamaban “Hayaco Iritari” (en lengua aborigen Tupí-Guaraní)… Más tarde, en la época de la colonia (XV-XIX), este plato tomó más forma, más color y mucha más sazón, llamándose así “Hallaca”.

La palabra quizás provenga de la lengua Tupí-Guaraní “ayúa” o “aya” que significa mezcla (ref. Alemán, Adolf Ernst), o también “ayuaca” o “ayaca” que significa envoltorio (ref. Polonés-Venezolano, Ángel Rosenblat)… En todo caso, yo diría que aún no está claro el origen de la palabra “hallaca”, pues hemos contado (desde la historia) con más de 40 pueblos aborígenes en Venezuela (Arawak, Caribe, Yanomami, Tupí-Guaraní, Barí, Timotes,… y más!) y cada uno ha mantenido su propia lengua aborigen 🙂

Cada ingrediente utilizado en la elaboración de la hallaca tiene sus raíces en un encuentro de culturas que describe nuestra venezolanidad: su envoltorio, la hoja de plátano, usada tanto por el negro africano como por el indígena; la masa de maíz, junto al onoto (semilla que sirve de colorante natural), usada por nuestros indígenas; y finalmente el relleno, representando la llegada de los Españoles a América y el productivo intercambio de exquisitas materias primas y experiencias culinarias.

Cada hogar, cada familia, cada región de Venezuela, aportan a este plato su propia identidad manteniendo una misma sazón: desde la incorporación de diferentes sabores (acido, picante, o dulce) hasta diferentes ingredientes (papa, huevo, garbanzo, ají, plátano verde, tomate, zanahoria, almendra, tocineta, o vino), cada uno se complementa armoniosamente en este plato. Y a la hora de degustarla: miam-miam… es una verdadera explosión de sabores y texturas!

La hallaca además de ser un orgullo gastronómico y una identidad cultural, es el símbolo de unión de nuestro país, VENEZUELA.

 Jajoecha peve ! (Guaraní) – Hasta la vista !

Ref. La lengua nuestra de cada día. Iraset de Jesús Páez Urdaneta. Academia Nacional de la Historia, 1984.

LES ANDES VÉNÉZUÉLIENS, un tout terrain!

/Libeth MALDONADO SANCHEZ

Sans doute que les montagnes russes des parcs d’attractions génèrent des émotions, mais peut-être pas autant que les montagnes des Andes, quand on les traverse à vélo!

Je vous l’assure! Rouler sur des reliefs escarpés au cœur de paysages majestueux est une expérience à haut niveau d’adrénaline et fortement chargée en globules rouges!

Sur la route, on roule aussi parfois en compagnie plus ou moins charmante: celle des “amis transporteurs”, des motos ou des camions lourds circulant à quelques centimètres à peine du cycliste… (Romantique, non?)… Ou mieux encore, on tombe parfois et de façon inattendue face à face avec des vaches, ou d’autres animaux au milieu du chemin – Ole!

 Pour ceux qui connaissent peu les Andes Vénézuéliens, cette région montagneuse se trouve dans la plus longue chaine montagneuse de la terre (environ 7100 kms). Elle commence en Argentine, en Terre de Feu, et traverse le Chili, la Bolivie, le Pérou, l’Équateur, la Colombie et pour terminer dans notre beau pays le Venezuela, pour ses 400 derniers kms. La plus grande surface des Andes Vénézuéliens se trouve dans l’état Mérida (mon état d’origine). Là-bas nous pouvons trouver des dénivelés allant du niveau de la mer jusqu’à 5000 m d’altitude, en passant par des vallées, des plateaux, des déserts, des plaines et des sommets enneigés (et avec la mer nous serions au paradis!).

Je n’imaginais pas que ces terres pourraient attirer autant d’attention de la part des passionnés de cyclisme… bon, peut-être parce que je ne me suis pas intéressée à une bicyclette avant :)!

Mais lors de mon dernier voyage au Venezuela, j’ai décidé de rouler un peu avec mon ami et grand grimpeur Jorge Sánchez. On a eu l’opportunité d’aller à Cácute et El Valle, en Mérida. Le résultat: uff .. il faut avoir des jambes de fer!!!

À ma surprise, le club de cycliste de Mille organisait ces jours-là le “défi au Cóndor”, à Mérida: une course mythique de 55 kms et d’environ 1500 m de d+. L’organisateur, Ivan Lobo “Chino”, un cycliste amateur (que je félicite de maintenir en vie ce type d’évènements), m’a donné l’opportunité d’être présente afin d’apprécier cette belle épreuve Vénézuélienne.

Voir des filles et des garçons rouler dans ces montagnes était quelque chose d’admirable. Que ce soit avec des vélos modernes et derniers cri, en carbone et pédales automatiques, ou simplement avec de vieux vélos équipés de pédales classiques… wow! Avec une conviction forte et bien arrimée au fond de leur âme, rien ne les arrête! Bravo à eux!

Je ne peux pas laisser passer l’opportunité de mentionner le nom de l’un des personnages du cyclisme andin: Alejandro Villareal. Ce jeune homme qui a perdu sa jambe droite est un vrai guerrier. Il me rappelle beaucoup un cycliste français, Christian Haettich, que j’ai eu la chance de connaitre et d’accompagner dans une ascension du Mont Ventoux “pour Luisa”. Christian comme Alejandro ne cessent pas de m’impressionner par leur volonté, leur solidarité et leur force: oui, les âmes jumelles existent, et ils en sont la preuve!

 

J’aimerais, un jour très proche, voir mes amis Neudy Monsalve (Funda Eventos), Jorge Sánchez, Ivan Lobo, Alejandro Villareal et toutes et tous les cyclistes andins rouler dans les Alpes ou les Pyrénées françaises. Et bien pour équilibrer la balance, je serais ravie aussi de voir mes amis du club de cyclisme Sud Vélo – Ne Jetez Plus – rouler dans les Andes Vénézuéliens!

“Bicycle race” by Queen – Cheers!

LiMA’S

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